13 agosto, 2020

BIOGRAFÍA

Comienzos de Carla Algeri

Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.
Albert Einstein
Nacida en Buenos Aires el 28 de Enero de 1970. Bandoneonista, compositora y arregladora. Se formó en el Bandoneón con el Maestro Rodolfo Mederos con quien integró su orquesta entre los años 2000 y 2005 desempeñándose como primer bandoneón B. En el lenguaje del Tango se formó desde su infancia con el Maestro Osvaldo Pugliese además de estudiar en el Conservatorio y recibir especializaciones con los Maestros Juan Carlos Zunini (piano), Jorge Cariglino ( guitarra), Néstor Ybarra (orquestación, armonía), Mauricio Marcelli (música de cámara), Gabriel Senanes (armonía no tradicionales, orquestación y arreglos, compositores, contrapunto) y en el bandoneón se perfeccionó y aun en la actualidad con el Maestro Néstor Marconi. Estudio Piano y Guitarra en E.I.M Se formó en pedagogía musical con Gladys Esperanza y Violeta de Gainza. Estudio en la Universidad Nacional de La Plata. (Ingeniería) Universidad Nacional de Avellaneda. (Dirección de orquesta) Universidad Nacional de México (Diplomado Compositores Latinoamericanos) Di mis primeros pasos con el tango a mis cuatro años, estudiando el piano y la guitarra, impulsada por mi padre. Es de la mano de él, con quien comienzo a asistir cada lunes de mi vida y por un largo período, a los ensayos de quien fuera luego mi maestro de piano, a la orquesta de uno de los referentes más importantes de este género, el Maestro Don Osvaldo Pugliese. «Como siempre digo, el tango ha sido mi lengua madre. En casa, cada año nuevo, a las doce de la noche, se escuchaba como un himno, los compases de “La yumba”, como símbolo de buen augurio para el año que comenzaba. Cuento siempre que cuando nací, mis padres pusieron en el winco de mi casa, el tango “Te quiero” en la versión de Abel Córdoba con la orquesta de Pugliese. «A los cinco años, me encontré un día en el conservatorio de música de mi ciudad natal, Burzaco (provincia de Buenos Aires), con un bandoneonista apoyado con su pierna en un viejo bebedero de época, tocando ese emblemático instrumento que me cautivó para siempre. Desde ese día, con mis ojos grandes y mis pocos años, mi único sueño de infancia y durante mucho tiempo fue, tocar el bandoneón en un subte de París; algo que aun lo tengo pendiente, a pesar de haber visitado esa bella ciudad muchísimas veces, pero nunca a tocar el bandoneón. «Pasé toda mi adolescencia sin poder compartir el amor por mi música con ninguno de mis amigos. Sólo disfrutaba del tango con mi padre y los amigos de él. En el patio de mi casa el tango estaba presente en cada evento familiar, ya que era usual reunirse con guitarras de por medio y hacer música, cantar y bailar. Mi abuelo Sebastián, fue restaurador y músico de órganos de tubo, trabajaba en las iglesias ejecutando música académica y como barítono; y en mi familia había guitarristas y cantantes, que fueron parte de una infancia colmada de acordes populares. «Pasada la adolescencia, en plena carrera de ingeniaría en la Universidad de La Plata, soy yo misma la que le hago una huelga al tango, como una rebeldía a un género que sentí que se extinguía, casi sin solución. Mi círculo tanguero era cada vez más pequeño y comenzaba a sentir hasta discriminación por el hecho de ejecutar en mi instrumento ese género que tanto amaba. «Es el bandoneonista Alejandro Barletta, el que introduce el primer bandoneón en mi casa allá por 1986. Si bien tenía mucho interés por aprender a tocarlo, el asunto se demoró más de diez años. Es recién en 1998, después de desarrollarme en otra actividad profesional, que decido que era el momento para reconciliarme con la música y el tango, y lo haría de la mano de un instrumento que no tuviera historia en mi vida: el bandoneón. «Era mi deseo que mi maestro fuera un compositor, arreglador, intérprete, director, solista y además de ello, haber tenido que ver con la música de Pugliese. Lidia, la esposa del maestro, me dio el teléfono del profesor que llenó esas expectativas, el bandoneonista Rodolfo Mederos. «Luego de pensarlo y repensarlo, una mañana de mayo me decidí a llamarlo. Concretamos una cita para el martes siguiente a las once de la mañana, encuentro que se repitió durante tres años consecutivos sin cesar. Ese día, había comenzado la historia de Carla Algeri como bandoneonista, arregladora, directora, solista y con historia junto a los grandes del tango.
En la actualidad,
  • Directora y Fundadora de Polo Bandoneón.
  • Junto a los más importantes Maestros de la Música lleva adelante un proyecto musical para la preservación y difusión de las músicas del Mundo.
  • Lidera un equipo de 30 Maestros desarrollando las actividades en el Polo Bandoneón como sede y en las escuelas del semillero en las comunas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  • Trabajando en el Museo del Bandoneón e instrumentos patrimoniales latinoamericanos en Porto.
  • Convenio de cooperación de ciudades: Buenos Aires – Miami, ciudades hermanas. Buenos Aires – Medellín. Puente Cultural Buenos Aires Lisboa. Sede del Polo Bandoneón en la Universidad de Antioquia (Colombia) y Universidad de Porto (Portugal)en el Master de Músicas Patrimoniales. Buenos Aires Alemania, el Preservación y difusión del Bandoneón y el tango. Instalación de un museo del bandoneón en Lisboa junto a fundaciones y la catedra de música patrimonial argentina en la Universidad Metropolitana. Trabajando junto a las Universidades de la Gobernación del Valle y Comfenalco en Colombia par al preservación de su cultura patrimonial y junto a Comfama por la preservación de la Cultura antioqueña. Desarrollando el programa para la preservación y difusión del patrimonio cultural latinoamericano. Trabajando en un Museo de Instrumentos Patrimoniales en Portugal. Puente Cultural Bs As Lisboa ciudades hermanas. Puente Cultural Bs As Oporto. Bs As Berlín ciudades hermanas.
  • Directora y fundadora de Consultora Cultural Patrimonium.
  • Fundación Bandonium.

Habla Carla Algeri

La Música:

Cada día de mi vida al levantarme en las mañana sé que tengo dos certezas: Mis hijos – Sebastián y Nicolás- y la música. No me imagino levantarme a la mañana sin ellos y sin mi bandoneón y el tango.

Recuerdo una anécdota:

Mi hijo Nicolás era muy pequeño, tenía tres años y un días que yo estaba estudiando el instrumento entro a mi sala y m pidió sentarse sobre mi falda. Dejé mi bandoneón a un costado para alzarlo y compartir con él un grato momento de mañana. De repente sus preguntas de muchas veces: – Mamá, por qué cerras los ojos cuando tocas el bandoneón?- Nunca voy a olvidar mi incógnita!. Recuerdo que para ganar unos segundos de tiempo y pensar una respuesta que fuera buena para satisfacer su curiosidad le dije: Nico, qué fue lo que me preguntaste? Y el repitió: Que por qué cerras tus ojos cuando tocas el bandoneón?. Me t9mé tres segundos con su mirada grande y ansiosa y le dije: – Para poder ver la música por dentro-. Y el me dijo: – en serio?, Puedo probar?- Claro que sí, le dije yo. Se sentó en mi sillón , le puse el bandoneón sobre su falda, que a penas podía sostenerlo y casi tapaba su boca. Cerró los ojos, puso las manos en las correas y manipuló el teclado sacando unos sonidos. Luego de ello abrió sus ojos, me miró y me dijo: sabes que tenés razón, pude ver la música por dentro. Dejo el instrumento y corrió a jugar con alegría. ¡Cómo olvidarme de los gratos momentos junto a mi bandoneón y mis hijos.!

Alguien me dijo una vez que la música significa cosas diferentes para diferentes personas, y a veces hasta cosas diferentes para la misma persona en diferentes momentos de su vida. Para mí la música significa todo eso. Einstein decía que “Antes de Beethoven se escribía música para lo inmediato: con Beethoven, se empieza a escribir música para la eternidad. Cuando hablo del tango como mi lengua madre sintetizo las palabras expresadas líneas arriba. Yo creo que la música tiene una “vida propia” es decir, puede trasladarse a un tiempo y a un lugar diferente, sin perder su identidad, sus orígenes territoriales; su lenguaje es común, establece, cohesiona y cumple una función dentro de la sociedad. La música guarda en sí un concepto integrador y multicultural.

 
 

La música no sólo esconde placeres infinitos. Platón encontró tras sus acordes una maravillosa herramienta para educar el alma. Qué duda cabe de que las melodías, sonatas e incluso el silbido más sencillo, ennoblecen el espíritu y recrean nuestras vidas.

NIETZSCHE

 

Premios y Reconocimientos

  • Ganadora del Primer certamen de formaciones orquestales de tango de argentina 2006 junto a su agrupación “Carla Algeri Cuarteto”.
  • Embajadora Cultural del tango de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2009 y del Municipio de Almirante Brown. 2011
  • Recibió la Distinción de la Orden de Buzón del Museo Manoblanca. Buenos Aires 2013.
  • Personalidad destacada de la cultura por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 2015.
  • Nominada a los premios Gardel 2017 Mejor Artista Femenino de Tango.
  • Recibió la Llave de la Ciudad de Miami. 2017
  • Miembro de Honor de la International Art Council – United Nation of Arts de Buenos Aires en el Área Música Patrimonial. 2018.
  • Ciudadana Ilustre del Municipio de Almirante Brown. 2019